jueves, 22 de junio de 2017

El Corsario del Plata o Hipólito Bouchard

Cuando uno habla de Piratas, pensamos en Jack Sparrow, y los piratas del caribe, bueno, en mis años era el capitán Silver, y a todo esto la Argentina tuvo uno, a decir verdad mucho, pero este, para mi, de los más grandes del mundo, este fue el capitán Hipólito Bouchard.

André Paul Bouchard nació el 15 de enero de 1780 en Bormes, una localidad francesa cercana a Saint Tropez. A los 18 años se cambió a el nombre y se enroló en la armada francesa y prestó servicio a las órdenes de Napoleón, en las campañas de Egipto y Santo Domingo en donde se fogueó en espantosas batallas navales, pero el hambre de aventura lo llamo, desertó y emigró al Río de la Plata en 1809, ya en los albores de la revolución de mayo, se puso a disposición del primer gobierno criollo todos sus conocimientos navales.


Su bautismo de fuego bajo el pabellón nacional fue durante la batalla de San Nicolás, al mando del bergantín "25 de mayo”, en donde la casi una inexistente armada nacional fue derrotada el 2 de marzo. Por esta acción fue acusado de "cobardía”, algo que el tiempo mostraría como incoherencia, pero luego de un corto proceso judicial, fue absuelto.

A lo largo de 1811 se destacó en las batallas que se dieron en el Río de la Plata y el Paraná y en 1813 participa en la Batalla de San Lorenzo, en donde por su actuación es felicitada por el General San Martín, a quien acompañó para  reforzar el Ejército del Norte, hasta entonces comandado por Manuel Belgrano. Luego fue al ejército de la Banda Oriental y, tras obtener licencia para volver a Buenos Aires, se le dio el mando de la fragata "María Josefa”.
Pero su gran aventura comenzó en 1815, cuando en septiembre el Director Supremo Ignacio Álvarez Thomas le otorgó la patente de corso a Bouchard, en una expedición financiada por Vicente Anastasio Echevarría. Su misión era atacar los buques españoles, saquearlos. Lo obtenido se distribuía entre el gobierno, el financista y Bouchard y su tripulación.
El 28 de enero de 1816 Bouchard y su tripulación capturan la nave española "Consecuencia”, que es rebautizada como "La Argentina”, barco con el cual libera esclavos en África, enfrenta y derrota a piratas malayos, ataca los puertos españoles en Filipinas, huye a Hawai, saquea la costa pacífica de Perú, Venezuela, Centro América, México y California en Estados Unidos.

En América Central, atacaron Sonsonete, en El Salvador, y el 2 de abril de 1819, el Realejo, en Nicaragua, uno de los centros más importantes del comercio y la marina colonial española, amén de principal astillero del Pacífico.
La expedición de Bouchard finalizó en el puerto chileno de Valparaíso en donde fue arrestado por orden del vicealmirante escocés Lord Cochrane quien lo acusó de piratería; el cargamento fue confiscado. En un confuso y pintoresco episodio, el coronel Mariano Necochea, compañero de Bouchard en San Lorenzo, armó un piquete de sus granaderos y tomó "La Argentina”, desoyendo las amenazas de las autoridades. La nave le fue reintegrada al capitán francés.
Grupo Recreacionista "Corsarios del Plata"
Bouchard no quiso regresar a Buenos Aires y seguir con los viajes de saqueo y se  sumó a San Martín en su campaña a Perú, pero por los daños sufridos, "La Argentina” sólo hacían transportes de carga para los ejércitos libertadores, desembarcados en Perú en setiembre de 1820. Al poco tiempo, "La Argentina" fue desguazada y vendida como leña vieja.
Hasta 1828 Hipólito Bouchard siguió al servicio de la marina peruana. Entonces se retiró y se estableció en las haciendas de San Javier y San José de Nazca, adjudicadas como recompensa por el Congreso peruano. En el anochecer del 4 de enero de 1837 golpeó a un sirviente, pero esta vez, hubo violentas protestas. Hipólito Bouchard tomó un pistolón y su viejo sable de abordaje, pero fue tarde. Los sirvientes lo mataron a puñaladas.
Grupo recreacionista "Corsarios del Plata"
El 27 de junio de 1817 zarpaba del puerto de Buenos Aires la fragata "La Argentina”, al mando del capitán francés Hipólito Bouchard, que fue la primera nave argentina en dar la vuelta al mundo y su viaje estuvo cargado de aventuras y batallas dignas de las mejores novelas de piratas que se hayan escrito.

Bouchard fue el más grande pirata de Argentina, pero no el único. Las incursiones piratas latinoamericanas comenzaron en 1814 y alcanzó su apogeo alrededor de 1818 y finalizó en 1823. Entre los más destacados corsarios al servicio de las Provincias unidas están el irlandés Guillermo Brown, creador de la armada argentina y el norteamericano David Jewitt, quien entre otras acciones destacadas tomó posesión de las Islas Malvinas en nombre del gobierno de Buenos Aires en 1820.

A veces yo me pregunto, que hice en mi vida, la vivi bien? Y hago una raconto de mis aventuras, que quedan en lanada ante las aventuras de Bouchard, que si le dijese Don Hipólito, que ha hecho en su vida, por diversión o por honor? Entonces el me contestaría, una campaña de dos años dando la vuelta al mundo en medio de continuos trabajos y peligros, una navegación de diez o doce mil millas por los más remotos mares de la tierra, en que se domina una sublevación, se sofoca un incendio a bordo, se impide el tráfico de esclavos en Madagascar, se derrota a piratas malayos en Macasar, se bloquea a Filipinas, anonadando su comercio y su marina de guerra, se domina parte de Oceanía imponiendo la ley, a sus más grandes reyes por la diplomacia o por la fuerza; en que se toma por asalto la capital de la Alta California, se derrama el espanto en las costas de México, se hace otro tanto en Centro América, se establecen bloqueos entre San Blas y Acapulco, se toma a viva fuerza el puerto de Realejo apresándose en este intervalo más de veinte piezas de artillería, rescatando un buque de guerra de la Nación y aprisionando o quemando como veinticinco buques enemigos”.
Abordaje!!!
Entre las cosas increíbles que hizo Bouchard se cuentan la toma de California, en Estados Unidos, bloqueó los puertos filipinos y en las islas Hawai, se entrevistó con el rey Kamehameha y firmó un tratado haciéndole reconocer la Independencia Argentina, proclamada por el Congreso de Tucumán, sólo un año antes.

Y hablando de banderas…

La bandera Argentina tiene gran número de banderas similares en América, a su color, entre estas vemos Nicaragua, Honduras y el Salvador; Asi es, tras las campañas navales comandadas por Hipólito Bouchard atacando las posiciones realistas de Sonsonate (El Salvador) y El Realejo (Nicaragua) en 1818 y 1819 respectivamente, fueron incorporados a la bandera de las Provincias Unidas de Centroamérica por el líder independentista Manuel José Arce. Esta bandera tenía tres franjas horizontales azules y blancas y llevaba inscripta la divisa "Dios, Unión y Libertad", y es por esto que las banderas de El Salvador, Honduras y Nicaragua son semejantes a la bandera argentina, siendo la de Guatemala una variación de ésta. La bandera actual de Costa Rica es una modificación de la bandera de las Provincias Unidas de América Central con el añadido de la franja roja central y el ensanchamiento de la franja central. Las fuentes oficiales definen también la referencia a la tricolor francesa. Además, Costa Rica tuvo una enseña con los colores patrios argentinos.

Situándonos en la época diríamos como en pequeñas ciudadelas, llegaba que armada dispuesta a derrocar a los tiranos realistas, asi que la idea de tomar los colores que estos corsarios portaban no fue del todo original, pero bue… asi es la historia…

Las armas del corsario

Las hachas de abordaje. mitad herramienta, mitad arma. Igual valía para una reparación de emergencia que para cortar un cabo o abrir la cabeza a un enemigo. Básicamente eran muy similares en todas las dotaciones de las diversas armadas de la época, si bien no fue hasta el siglo XIX cuando comenzaron a estandarizarse los modelos. En la foto inferior podemos ver algunos de ellos.
De izquierda a derecha tenemos: un hacha inglesa datada hacia finales del siglo XVIII. La siguiente es un modelo de la marina norteamericana de hacia mediados del siglo XIX. Los dientes que vemos en su parte inferior eran para atrapar cabos. A continuación aparece un hacha alemana, también de mediados del XIX. Finalmente, el hacha de abordaje española fabricada en Toledo hacia 1840. Como vemos, son muy similares. Prácticamente todas iban provistas de un afilado pico en su parte trasera, si bien algunos modelos llevaban una cabeza de martillo en lugar del pico. Son armas muy robustas, bien fabricadas y con el mango corto para facilitar su uso como herramienta y un mejor manejo en el combate cuerpo a cuerpo. 

Algunas, como éste ejemplar usado en Francia a inicios del siglo XIX, iban provistas de una lengüeta similar al de las hachas de arzón de la caballería para poder portarlas cómodamente en el cinturón. La fijación al mango, al igual que el modelo español, es mediante barretas de enmangue, y la cabeza de armas va además asegurada con dos cuñas de hierro para impedir que coja holgura. Como podemos suponer, la contundencia de estas armas debía ser bastante resolutiva. En manos de un forzudo marinero, su hoja podría cortar limpiamente una mano o un brazo, y su pico hundirse hasta el fondo en el cráneo de un enemigo. Aparte de eso, las heridas que causaban en cualquier parte del cuerpo serían de bastante gravedad, cuando no mortales.

Los cuchillos de abordaje. Al igual que las hachas, su reglamentación no se llevó a cabo hasta el siglo XIX. Anteriormente, cada cual usaba el de su propiedad. Valían dagas de mano izquierda, de vela, puñales de cualquier tipo o simples cuchillos todo uso que la marinería siempre portaba colgando del cinturón. Estos cuchillos eran armas muy adecuadas para el combate cerrado que se desarrollaba durante los abordajes, empuñándolos con la mano izquierda mientras en la derecha se manejaba un hacha, una pistola o un sable. En la imagen tenemos dos ejemplares. El superior es un modelo francés del año 1833. Es un arma concebida para apuñalar exclusivamente, ya que su hoja es de sección cruciforme. El inferior es el cuchillo mod. 1861 de la armada española, provisto de una sólida empuñadura de bronce estriado y forma anatómica para un mejor agarre. Lo más peculiar es su hoja de yatagán, una morfología originaria de oriente que se puso muy de moda en aquellos tiempos y que fue adoptada incluso para bayonetas y machetes reglamentarios en muchos ejércitos europeos.


Los chuzos de abordaje. Pequeñas picas que se distribuían entre la marinería y que bien manejadas eran bastante eficaces. En la foto de la derecha podemos ver una tripulación formando un pequeño cuadro de forma similar a los viejos cuadros de picas de tiempos anteriores. Como se puede suponer, venían de perlas para hacer frente a las bayonetas de la infantería de marina enemiga que, tras realizar una última descarga, tenían que recurrir a combatir a bayonetazos porque en semejante maremagno era imposible recargar el mosquete. Estos chuzos eran armas muy básicas y sólidas, provistos de una asta corta rematada por una pica prismática engarzada mediante un cubo de enmangue del que emergían dos largas barretas para proteger el asta de los tajos de las hachas y sables del enemigo. También se usaban espontones similares a los de la oficialidad del ejército.

Los sables de abordaje. Las hojas, anchas, pesadas y robustas, podían herir tanto de filo como de punta ya que no eran excesivamente curvas. Así mismo, su longitud era inferior a la de los sables de caballería convencionales por razones obvias: no iban a ser usados desde lo alto de un caballo, por lo que era más lógico que fuesen de un tamaño similar al de las armas usadas por la infantería. Por último, como nexo común entre los usados por las distintas armadas podríamos añadir que las cazoletas eran de un tamaño bastante generoso, cubriendo por completo la mano. Este detalle era de agradecer en un arma destinada a verse envuelta en combates muy cerrados y en los que un hachazo o un tajo de otro sable podía dejarle a uno la mano es un estado francamente lamentable o, simplemente, verla caer al suelo empuñando aún el sable de marras.
  
Finalmente quedarían por mencionar las armas de avancarga de la epoca. Como dato curioso comentar que las pistolas, que obviamente podían realizar un solo disparo debido al alcanze del tiro y tiempo de recarga, en un abrodaje, no habia mucho tiempo para recrgar y volver a tirar, eran a continuación usadas como maza empuñándolas por el cañón. Como vemos en la foto de la derecha, estas armas solían ir provistas de una cantonera de bronce en la empuñadura, la cual podía producir severos daños en los cráneos de la marinería enemiga. Por otro lado, para asegurar el disparo (las armas de chispa fallaban con cierta frecuencia, y más en un ambiente húmedo), solían dispararlas girando previamente el arma hacia el lado izquierdo, de forma que la llave quedaba mirando hacia arriba. Ello no tenía otro fin que facilitar que la deflagración de la pólvora de cebo depositada en la batería llegase a la carga a través del oído del cañón. Una vez descargada el arma en el enemigo, se empuñaba como una maza y, con un hacha, sable o daga en la otra mano, se zambullía uno en el abordaje, donde no habia mas remedio, que ser un heroe.


Algunos Libros editados







Fuentes:
www.facebook.com/Corsarios-del-Plata-1397074637225891/

viernes, 2 de junio de 2017

Orígenes del facón


El facón, arma emblemática gaucha, autora de duelos, y hacedor de historias, muchos lo conocemos su fama, pero de donde proviene su nombre? Su forma a que se debe?  cuáles son sus orígenes?



“Le enseño al gaucho más pillo
De cualquier modo a chusiar,
Y al mejor he de cortar
Si presume de muy bravo,
Enterrándole hasta el cabo
Mi alfajor sin tutubiar.”
                                   José Hernández (Martin Fierro)

Bueno, esta es mi hipótesis, resultante de mi investigación, aún falta, pero vamos con lo que tengo.

Gumia arabe
Ya desde SXVI, es el andaluz quien primero se afianzo en estas tierras americanas, ya lo cuenta las primeras crónicas de la colonia como le leyenda de Alejo Godoy, que dejo al final) para fuertes costumbres moriscas, y como hombre en zona de conflicto llevo sus armas e improviso las suyas en estos pagos.


El alfanje, arma mora, fue un modelo para los primeros cuchillos que se vieron en estos pagos, allá por finales del SXVII, llamado “alfajor”, los había rectos y también con una leve curva, aun no encontramos un patrón exclusivo.
 Cuchillos S.XIX

Otra versión es la de “Farha” que es como se designaba antiguamente, también en tierras moras, a la moharra, o sea la punta de lanza, que también por lo general …eran cuchillos, recordemos la forma lanceolada del verijero.

Allí ya estamos encontrado una derivación a la palabra “facón”, desde  farha y alfajor, en lo personal, no creo que provenga del portugués, por faca…digo; ya que desde esos tiempos que fue enemigo de Corona “Española” y a posterior de las Provincias Unidas del Rio de la Plata.

 
Facon hecho a partir de una balloneta

facon antiguo, con gavilan.

 
Cuchillo de abordaje de fines del SXVIII

Cuchilo de comienzos del SXIX

Cuchillo de deguello (epoca federal)


EL PRIMER GAUCHO

En 1580, don Juan de Garay sale de Asunción con sesenta soldados, algunos oficiales y mujeres guaraníes. Estas llevan ya sus hijos nativos, producto de uniones con el conquistador hispano. Por mezcla con el indio primero. y el negro que después llegó, intervinieron para la constitución étnica del pueblo argentino. Anotemos que vasconios y asturios, encomenderos por las Leyes de Indias, no podían contaminar su casta; sólo podía hacerlo el soldado libre, raso; el andaluz morisco, a quien le fue permitido uniones con veinte, treinta y hasta con cuarenta mujeres indígenas. El contingente, que señaláramos precedentemente, acampa el 11 de junio en el mismo lugar abandonado por don Pedro de Mendoza. Y aquí cuenta la leyenda que seis años después (1586) uno de aquellos soldados rasos, que venía con el vasco Garay se quejó en misiva al monarca de todas las Españas, de la podredumbre en que vivían. Apercibido y fuertemente reprimido por el Veedor del Rey, hizo trueque de su morada al precio de un caballo blanco y una guitarra; y montando en el brioso corcel, se acercó a la plazuela Mayor y única, y al tiempo que clavaba sus espuelas en el noble animal, exclamó con todas sus fuerzas:

¡;Muera Felipe II!!

...y, caballo, jinete y guitarra rumbearon hacia la pampa distante —cuenta el cronista— unos cientos de metros más allá. Y así nació el primer gaucho, el primer rebelde que la historia o tradición conoce por el nombre de Alejo Godoy.



Fuente: I.H.Hallar, El Gaucho. Su originalidad arábiga, Edición del autor, Buenos Aires, 1963, págs. 5-6