La
Wiphala, que es? una bandera?, un símbolo?, un blasón?, un estandarte? Existió?
Fue real? Bueno, acá mostrare algunos
esbozos, con una leve documentación y un poco de la interpretación que le doy
yo, en mi humilde entender.
Los pueblos de nuestra tierra, obviamente tenían
otra concepción de bandera, este es un concepto indoeuropeo, por lo tanto, esta
interpretación actual, no es correcta, lo que sí es real, que esta imagen
es originaria y ancestral. En fin,: se
carece de testimonios fehacientes de su empleo en los pueblos precolombinos
antes de la llegada de los europeos. Y no se trata de que se careciera de divisas, pero éstas no
eran banderas; las huestes del ejército Inka acostumbraban identificarse
utilizando el «unancha» («estandarte», «pendón» o «divisa» cuadrado, pequeño).
En este vaso kero se puede apreciar claramente un guerrero portando una wiphala, lo pueden encontrar en el Museo Arqueológico del Cusco |
«El guion o estandarte real era una
banderilla cuadrada y pequeña, de diez o doce palmos de ruedo, hecha de lienzo
de algodón o de lana. Iba puesta en el remate de un asta larga, sin que ondease
al aire, tendida y tiesa, y en ella pintaba cada rey sus armas y divisas,
porque cada uno las escogía diferentes, aunque las generales de los incas eran
el arco celeste y dos culebras tendidas a lo largo paralelas con la borda que
le servía de corona, a las cuales solía añadir por divisa y blasón cada rey las
que le parecía, como un león, un águila y otras figuras. El dicho estandarte
tenía por borla ciertas plumas coloradas y largas puestas a trechos.» Dice
Bernabé Cobo, en su «Historia del Nuevo Mundo.» (1609)
Las altas culturas, sudamericanas tales como la
antiquísima Tiwanaku, Chavín, Nazca, Huari, Paracas, Mochica, Chimú, Aymara,
Queshwa hasta la más reciente y epítome de todas ellas: la Inka, demuestran un
elevado grado de cultura visual, a través de representaciones de exquisita
estilización de cosas y sucesos trascendentes o cotidianos, reales o
mitológicos, registrados sobre soportes de diversa naturaleza, desde la piedra
hasta los textiles, de la cerámica a la madera, de la corteza a los metales
nobles.
En una obra clásica de arqueología de Tiwanaku
de largo aliento y profusamente ilustrada, se muestra en una de sus páginas la
imagen de la decoración de un Keru singular. La ilustración desplegada en plano,
exhibe una escena doble: en la mitad superior izquierda, asistimos a un acto
ceremonial, en que el Señor –no podría ser el Inka, si se tratara de un
soberano de Tiwanaku, pues es ésta una cultura muy anterior a la inkaica– es transportado en andas, rodeado por su
guardia de honor, que presenta a consideración del soberano un par de cabezas
cortadas que aún chorrean sangre. La escena denota pompa y formalidad y se
trataría de alguna victoria obtenida sobre unos enemigos. Debajo de esta
escena, se encuentra una serie de signos contenidos en una estructura
geométrica, podríamos especular sin mayores explicaciones, que podría tratarse
de una crónica de la escena superior, redactada en algún tipo no descifrado de
escritura jeroglífica tiwanakota.
En la mitad derecha de la imagen, nos sorprende
la visión de lo que parece un escudo de armas o blasón indudablemente de
inspiración europea, en el que no falta un insólito yelmo emplumado con un
brazo blandiendo una espada también europea, en la parte superior del blasón.
El escudo está dividido en campos, tal cual es costumbre en la heráldica
europea, pero con la particularidad de que los restantes componentes
simbológicos.
Keru de Copacabana, detalle con «Wiphala». Muestra el patrón de cuadrados concéntricos, plumas rojas y el asta con lo que parece la punta de hierro, metal extraño a las culturas andinas. |
Completa
esta mitad de la composición, quizá lo más sorprendente es la presencia de dos
portaestandartes ataviados para la ocasión, flanqueando el blasón… sosteniendo
sendas astas coronadas por «Wiphalas». Así parecen –aunque podrían ser
estandartes rígidos, pues no ondean. Sus diseños tienen cuadrados, pero
concéntricos y ostentan sólo tres colores: de adentro hacia fuera amarillo,
blanco y rojo. ¿Significa esto una prueba documental de la presencia
precolombina de la «Wiphala» entre las culturas andinas? Ciertamente, no.
Ahora bien acá abajo otros ejemplos de whipala
antiguos, aunque en estos podemos decir que hay un halo de dudosidad.
Y
esta es la historia moderna de la whipala
El Primer Congreso Indigenista Boliviano se
celebró en La Paz en mayo de 1945. Entre sus organizadores se encontraba Hugo
Lanza Ordóñez, especialista en la cultura aymara, quién advirtió a los otros
participantes que la existencia de la palabra aymara «wiphala» –compuesta por
dos palabras: «wiphai» una expresión de triunfo, y «lapks-lapks», algo así como
una onomatopeya del viento; cuya conjunción y contracción podría significar:
«triunfo flameante» = «bandera»–1 sugería que esa cultura en particular y las
civilizaciones andinas en general debía haber poseído algún tipo de bandera. A
partir de esa conjetura lingüístico-antropológica, y considerando que ese
congreso debía estar representado por algún símbolo de la Identidad indígena,
Lanza Ordóñez postuló el empleo de una bandera blanca, de uso habitual en los
acontecimientos y ceremonias comunitarias importantes, que era la única divisa
conocida por entonces. Los congresistas se manifestaron de acuerdo, pero surgieron
discrepancias acerca de las características que debía poseer la bandera
propuesta. Germán Monrroy Block propuso una enseña colorida, capaz de
identificar con más riqueza cromática y simbólica a la cultura aymara y decidió
poner en práctica su teoría, acudiendo a los especialistas en diseño, actividad
que por aquél entonces –y posiblemente con justa razón–, se atribuía los
ilustradores, tipógrafos y letristas que trabajaban en las imprentas.
En procura de lograr una solución satisfactoria
de diseño, que consolidara las aspiraciones de Identidad postuladas, Germán
Monrroy Block acompañado por Hugo Lanza
Ordóñez, el ideólogo del asunto, se dirigieron resueltamente a la imprenta de
Gastón Velasco. En la reunión de trabajo , el tema más complejo por resolver
parecían seguir siendo el de los colores que debía ostentar la «wiphala»
proyectada. Se decidio por una colorida y pequeña grilla cuadrada compuesta a
su vez por cuadrados de varios colores, y este habría sido la inmediata inspiración de la «Wiphala»
que identificó al Primer Congreso Indigenista de Bolivia.
En fin, existe sin dudas algo similar, para filosofar,
muestra los colores del arcoíris, una variedad
de colores, siendo la comunicación entre la tierra, y el cielo, que interpretación
le daban?, no se, y creo nadie sabe.
Los colores a que corresponden, las tinturas
que tendrían, las formas recuerdan a la chakana, la cruz andina, y es
plenamente simbología americana.
Y ahora saque su conclusión, y yo diría, como
toda leyenda, atrás hay algo de verdad…
Aclaracion: la chakana de la portada es actual.
Fuentes:
http://victorgarcia-design.blogspot.com.ar/2014/09/identidad-cultural-la-wiphala.html
¿La etiqueta de Champancola símbolo nacional?Artículo de
Elizabeth De Col de Céspedes.
Publicado en «El Diario», Bolivia, 20 de Octubre de 2008
Tiihuanacu. - The cradle of American man - Cuna del hombre
americano, de Arthur Posnansky.
Edición bilingüe inglés-castellano, Publicado por el
Ministerio de Educación de Bolivia, La Paz, 1958. Volumen III y IV, página 97,
Plancha XLVII b «Keru 11 de Copacabana». Descripción en pp. 73/76.
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