El lazo compañero inseparable del gaucho, motivo de orgullo, y de como pudo llegar a ser temido entre los ejércitos realistas.
Una herramienta de trabajo la cual podía ser usada como arma
, pero primero centrémonos en el lazo en su uso, su morfología y finalmente, su
uso en la guerra, justificándolo como arma gaucha
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Indispensable herramienta rural |
El lazo fue una herramienta indispensable para el gaucho en
sus tareas rurales, obviamente para arreo y manejo de animales, adentrándonos un
poco en su uso, podemos diferenciar enlazar propiamente dicho que es por el
cuello y peal que es por los miembros posteriores o anteriores.
Hay que tener en cuenta la habilidad asombrosa de nuestros
gaucho con el lazo, manejándolo montado, al galope, siendo un motivo de orgullo
lucirse al tirar el lazo.
Están confeccionados por tiras largas de cuero trenzado,
terminado con una argolla, siendo ese extremo por lo general más pesado que el
resto del lazo para darle peso, que se llama yapa, ayudándole en el tiro, y del
otro extremo tiene una presilla, el grosor debe ser del dedo meñique aproximadamente, es de mucha
fuerza y con la prevención de tenerlo bien sobado con grasa, es muy dificultoso que se rompa,
por mucha oposición o resistencia que encuentre. el largo variaba de acuerdo a
su uso, de 8 a 15 brazadas, cada brazada
es más o menos 1 metro sesenta.
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Guemes y sus milicias fueron fieros en el uso del lazo |
Ahora si hablando del lazo en la guerra y la pelea, podemos
remontarnos a los gaucho de Güemes los cuales
con unos rápidos ataques de
guerrilla enlazaban a los oficiales realistas y se los llevaban arrastrando,
tal cual relata Vicente Fidel López en
el siguiente texto “cuando el lazo y las boleadoras comenzaron a
desempeñar un servicio aterrante entre las armas de los argentinos, a cada
encuentro, seis o más hombres, oficiales sobre todo, salían arrebatados de los
entreveros y de los realistas, a perecer espantosamente arrastrados y deshechos
al correr tendido de4 los caballos”, y la misma historia cuenta Lamadrid en sus
Memorias cuando fue hostigado por las
milicias de Güemes.
Otro uso en la guerra era enlazar la argolla a otra argolla de otro lazo
formando así la terrible maroma andante que tronchaba cabezas y desmontaba
jinetes, herramienta usada en las horas tumultuosas del nacimiento de la patria.
Sus orígenes
El nombre de
lazo, deriva del latín: «Láqueus», siendo en el circo romano «laqueadores» unos
gladiadores de élite, que en bárbaros torneos «lidiaban» con toros y bisontes,
enlazándolos por la cornamenta, previo al sacrificio, en tanto «el obeso amigo»
(diccionario) español dice: «Lazar», sujetar o tomar con lazo y «Lazada»:lazo o
nudo corredizo.
En la más
remota antigüedad, refería Herodoto que los sagartios, aliados de los persas,
eran guerreros de a caballo, que entre otras primitivas armas que portaban,
usaban unas cuerdas de cuero trenzado, con nudo corredizo, que arrojaban a los
hombres y a sus cabalgaduras y ya en el suelo los ultimaban...; más acá en el
tiempo, esa táctica de guerra de guerrillas fue utilizada en nuestras tierras
por los soldados de «Las Montoneras». Lo que es seguro, es que su rancio
abolengo transoceánico es implantado en nuestras playas por los conquistadores
españoles, como el caballo, los aperos y sus escuelas de la equitación
heredadas por ellos de los bereberes, las cuales «escuelas» eran: «De la
Jineta» (zenetes o xenetes,tribu berberisca que sirvió en la caballería
granadina) que estribaban corto, empleaban sólo dos riendas que empuñaban con
la mano izquierda y el jinete utilizaba los pies para animar al montado, y la
otra escuela era «De la Brida»: estribaban largo y suelto, usaban embocaduras
(frenos) de patas largas, con lo que lograban buen dominio de la cabalgadura, y
sus sillas de montar eran muy mullidas y con arzones pequeños...
En mi
concepto, si tuviera que definir hoy el estilo y la forma de montar de nuestros
camperos, diría que se observa la influencia de ambas escuelas de neto origen
español, manejando con mano izquierda, estribando largo, muelle y elegantemente
sentado en el recado o en la silla de montar.
Volviendo al
lazo, podemos decir, sin temor a equivocación, que un personaje antepasado
nuestro como el indio, no influenció originalmente en la hechura ni en su
manejo, como sí ocurrió con las boleadoras.
Fuentes:
El lazo y la boleadora, Mario Lopez Ososrnio
Investigacion personal
http://www.nuevoabcrural.com.ar